En la noche del 9 de abril de 1687 los habitantes de Santa Fe se despertaron aturdidos por pavorosos bramidos subterráneos y casi asfixiados por un intenso olor a azufre que los obligó a salir de sus casas. Pasadas unas cuantas horas el fenómeno cesó, pero las gentes duraron mucho tiempo especulando sobre sus causas: la teorÃa que más satisfizo entonces fue la de que el infierno quedaba debajo de la ciudad y habÃa hecho sentir su poder. Años después, cuando el cientÃfico Humboldt vino al paÃs y escuchó de aquel suceso, lo explicó por su coincidencia con la explosión de un volcán en donde viven nuestros antÃpodas. Hoy, pasados más de tres siglos, se siguen dando explicaciones del suceso y muchas personas para referirse a un hecho remoto, dicen: “Eso es del tiempo del ruido”.
Tomado del libro, Instantáneas Bogotana de Mercedes Medina de Pacheco.