PALABRERÍO BOGOTANO

Palabrerio Bogotano
Palabrerio Bogotano


Podríamos afirmar que Bogotá tiene un lenguaje propio y muy peculiar, no aquel que se dice  como de uso exclusivo, sino aquel en que al hacer una estadística,  muestra los términos más repetidos en la ciudad; palabras empleadas miles, si no, millones de veces.  Fórmulas curiosas de cortesía o simplemente palabras o frases  empleadas para iniciar una conversación, terminarla, comentar o por decir algo, aún sin justificación.  Excluyamos acá las palabras de grueso calibre que podrían contarse por millones y que son usadas entre los jóvenes hasta con cariño y por costumbre.

  Veamos un ejemplo: “Gracias, que pena”, estas tres palabras unidas; si se pudiera tomar un registro de cuanto se repiten en un minuto en toda nuestra extensa Bogotá, la cifra podría llegar a ciento cincuenta  mil veces, casi simultáneamente.  Ahora si se separan, pues la sola palabra “gracias”, en el mismo periodo de tiempo, podría superar el millón de repeticiones. 

Como ejercicio curioso, pongamos las cifras nosotros,  acá van nuestras opiniones respaldadas solo por cortas estadísticas. A quienes opinen lo contrario les pedimos que nos envíen sus correcciones o adiciones a nuestro correo. Podríamos hacer más extenso el diario palabrerío bogotano.   

Gracias.- entre un millón y medio de repeticiones y millón doscientos.  Esto muestra lo agradecidos que somos los bogotanos, quizás sin parangón en el mundo citadino.

Qué pena.- entre decientas y trescientas mil veces, expresión por lo general poco sincera pero demuestra la supuesta cortesía capitalina.

Me regala su nombre.- entre ciento cincuenta mil y doscientas mil, es una curiosa modalidad, recientemente adoptada para pedir el nombre de forma sofisticada.

No puede pasar.- entre cincuenta y cien mil veces, repetida entre los miles de celadores que duermen en las porterías de conjuntos y edificios. Fórmula para justificar su empleo.

Esto no tiene arreglo.- expresión repetida entre veinte y treinta mil veces por los  pesimistas profesionales que le echan la culpa a todo y a todos menos a sí mismos.

No cabe un hueco más.-   frase repetida unas veinticinco mil veces por los bogotanos que, refiriéndose a los huecos, son muy observadores y certeros.      

 No tenemos alcalde..-    se dice unas veinte mil veces, no se sabe que tan cierta sea esta afirmación, conscientes que por el momento lo que hay es alcaldesa. 

Ya no caben los carros.-  por lo menos quince mil personas lo repiten, mientras esperan en un monumental trancón.

Transmilenio, colapsó.-   Nos reservamos la cifra de gentes que lo afirman para no causar alarma.

Que bien, todo va divinamente.-   Una persona, nuestra distinguida alcaldesa.

Quibo vecino o que hubo vecina.-  Una modita de siempre y para siempre que se le dice a cualquiera y a todos los bogotanos ¿siete millones?, espero que estén de acuerdo con nosotros, estimados vecinos.