Por. Gonzalo Garavito S.
Hace más de cuarenta años, quizá presintiendo los hoy conocidos como trancones vehiculares, una famosa compañía automotriz norteamericana logró que muchos automotores colocaran en sus parabrisas una calcomanía con tres iníciales: TSC. Esta sigla, pertenecía a la famosa fábrica automotriz norteamericana The Studebaker Company, que quedó en nuestros recuerdos hasta el año19 64. Con las iníciales mencionadas, la chispa bogotana las hizo propias y les dio su propio significado muy útil como consejo, al tráfico capitalino: Tenga Sentido Común.
Esto quiere decir que los trancones bogotanos y las imprudencias en la conducción cachaca son de viejísima data. Hoy hemos visto, renovada la campaña con “Use su Inteligencia Vial” pero esta ya, con tanto carro, resulta inoperante. Los conductores impacientes llenan los cruces para impedir el paso a los autos que tratan de atravesar las largas filas acumuladas en un semáforo. En las salidas para desvíos donde se puede cambiar de carril a una paralela, que estando diseñadas para una fila, en esta, se meten dos o tres carros a la fuerza, trancando la vía principal. Otro tanto sucede a la entrada de las orejas de carril sencillo, en la que se meten como sea dos o tres afanados. Todo esto es falta de civismo y colaboración es decir, en realidad es falta de inteligencia del conductor será bueno apelar entonces al: TSC ¡por favor!
Otra causa de eternas y absurdas esperas ocurre cuando hay un desafortunado accidente que aunque no obstaculiza en nada la vía, la curiosidad del los conductores trancan y obstaculizan hasta a las ambulancias que tratan de llegar al sitio. Hemos padecido en todo tipo de trancón por falta de TSC, preocupa sí, que con el progreso del TLC con Estados Unidos lleguen, más y más automóviles y no valga ni el sentido común tan necesario para convivir.