ALTOZANO DE LA CATEDRAL

Altozano de la Catedral
Altozano de la Catedral


Pocos lugares compiten en  nuestra querida capital  por ser los depositarios de las memorias más importantes de nuestra historia urbana.   La vieja Santa fe, nombre primero de la Bogotá que conocemos,  fue desarrollada alrededor de la Plaza Mayor, hoy plaza de Bolívar.  Resulta este espacio urbano el más emblemático; supuestamente próximas a este  lugar existieron las doce chozas, en medio de las cuales el fundador don Gonzalo Jiménez  de Quezada la declaró fundada en medio del Valle de los alcázares, 6 de agosto de 1538.

  La Catedral y los edificios públicos de su costado oriental conservan cierto sabor colonial pero sobretodo esa arquitectura neoclásica heredada del las corrientes hispánicas que la asemejan a  las peninsulares de modelos parecidos. 

Dentro de ese espacio  y  normal a la fachada de la catedral,  está el "altozano",  o el atrio del templo.   Sobre él,  se hicieron en épocas pretéritas, los encuentros importantes de los santafereños y luego de los bogotanos. Los virreyes, los presidentes, los intelectuales, los artistas, los visitantes y desde luego todas las altas autoridades eclesiásticas.   Este lugar que vio desfilar a los próceres y sobre él se han vivido los duelos y las bodas con  las celebraciones más notables de Colombia,  es un sitio obligado si vives o conoces a Bogotá.   Fue anterior al emblemático templo sobre el cerro de Monserrate, y es el punto más favorable para ver la extensión de la plaza,  desde allí, se ven espléndidos:  el Capitolio Nacional al costado sur,  al frente costado occidental  el Palacio Líevano, o sede de la Alcaldía mayor de la ciudad, al norte  el reconstruido y rediseñado palacio de Justicia.  La  dura planicie  destaca en su centro el monumento al  padre de la Patria,  el  Bolívar de  Tenerani,  tesoro y memoria de nuestra ciudad¸ que a propósito, como se rumoró no puede ser trasladado o la estatua cambiada o vendida a Venezuela.   Es bueno confirmar, que la estatua de Bolívar no será vendida a Venezuela, ni que sepamos, se hayan hecho propuestas en tal sentido.  El rumor al parecer surgió de algún comentario descuidado, pillado en el interior de un atestado Transmilenio.

No suponemos que este absurdo comentario se haya generado en el famoso "altozano" aunque  sobre este, se hayan desarrollado la mitad de los chismes y las verdades sobre Bogotá  que solo pudieron escuchar las tumbas del Cementerio de los Pobres, que estuvo bajo tierra en este preciso lugar.